lunes, 16 de septiembre de 2013
sábado, 14 de septiembre de 2013
También se lo dedico a mi marido, porque él me ama y me quiere como Dios quiere que lo haga.
.... y a mis hijas, que son un reflejo de Dios en mi vida y una caricia contínua de María.
La gracia de Dios y María.
Ven Espíritu Santo, ven por medio de la poderosa intercesión del Inmaculado Corazón de María, tu amadísima Esposa. (3).
Ninguna hora se parece a la otra. Cuando miro a través de la fe, desaparece la monotonía. La gracia que hay para mi en esta hora, no se repetirá nunca. Me será dada en otra hora, pero ya no será igual. El tiempo pasa, nunca vuelve. Lo que lleva con él, no cambiará nunca, queda sellado por los siglos de los siglos. Sta. Faustina.
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